Pasó un día cualquiera,
ella se preparaba para su actuación
apuros de última hora
peleas de cabello y secador
querer ganar tiempo al día
el grito cortó el silencio como espada afilada
se cerró la cortina de su vida
la estupidez fue su cómplice
la electricidad corrió por su cuerpo de agua fría
la sangre derramada el testigo
el cuerpo encontró la muerte
las investigaciones la hallaron culpable
Asesina serial ,la rutina
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